Caminar con Cristo

viernes, agosto 24, 2007

La primera bienaventuranza

Por Linney

Dos escrituras que relaciono en el tema de la conciencia de la condición espiritual y la realidad misma de esta condición.

Dichosos los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. (Mateo 5:3 VP).
Cuando leo esto me pregunto sobre estos pobres, ¿aquí Jesús habla sólo de los que efectivamente son pobres espiritualmente o de los que están conscientes de su pobreza? Este pedazo no lo especifica. Solo me hace pensar que Dios tiene la disposición de hacer algo por el hombre limitado, incompleto, débil, imperfecto. O sea, como si Dios nos estuviera buscando justamente por esa situación que tenemos, y qué mejor noticia que Dios nos esté buscando, tomando la iniciativa para hacer un Reino, su Reino. Conclusión: es casi como una suerte que tengamos esa condición para que Dios quiera salvarnos.

La otra escritura es Apocalipsis 3:17 "Pues tú dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no te hace falta nada, y no te das cuenta de que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo". ¡Wao!!! Ahora sí que no me parece gracioso ser un pobre espiritual. ¡Lo describe tan bien!

Pero fíjate que dice y no te das cuenta... Como si ya el verdadero problema no fuera la miseria espiritual como tal, sino el hecho de no verla, de vivir engañado. No reconocerla equivale a soslayar la acción de Dios, su iniciativa de acercarse a nosotros tal cual estamos y por consiguiente no tener una relación con Él.

Si trato de imaginar lo que significa para mí ser espiritualmente pobre, sería no poder dar nada desinteresadamente, no poder crear nada que perdure, ser estéril, nada bueno saliendo de mí. Ciega: No ver mi maldad, no ver la gracia de Dios, no ver al otro a mi lado sufriendo por mi causa, no hallar el camino que necesito para sentirme bien y darme muchos trastazos casi todo el tiempo.

Desnuda: En el sentido recto me sentiría avergonzada y también vulnerable, blanco fácil del juicio de otros. En el sentido espiritual lo mismo y además desprotegida. Y si por un momento me doy cuenta de que estoy ASI de mal, pues claro que sería lo primero que dice la escritura: desdichada.

Por suerte después de este choque con el espejo vienen palabras de aliento: la solución del problema. (Si no creyera que en Dios todo se resuelve para bien, ¿qué esperanza quedaría?) Por eso te aconsejo (no me obliga) que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico. ¡Cómo comprar! Yo pensaba que con Dios todo era regalado. Bueno, sin querer tomarlo todo en el sentido recto, porque esto del oro es una metáfora, Es cierto que para tener el tesoro sí tenemos que dejar cosas de este mundo, de otra manera la puerta para entrar al Reino no sería estrecha.

En este punto se levanta una imagen de mi condición dibujada por Dios que nunca se me había ocurrido, que me es familiar en todos sus colores, pero en conjunto me resulta contradictoria, y más allá, dinámica: Soy pobre, y no lo sé, pero soy afortunada porque Dios hará algo al respecto, y cuando lo haga, entonces sabré que soy pobre, por lo que ya, de hecho, seré rica, pero, ¡ay, cuando sea rica o al menos me crea rica espiritualmente... volveré a ser pobre! De manera que, una vez que entro en relación con Dios ya no seré una sola cosa, sino pobre unas veces, rica otras, incluso las dos al mismo tiempo.

Creo que, mientras paso por ESTA vida, nunca entenderé plenamente de qué manera Dios trabaja en mi condición, pero sí creo que siempre lo hace para validar al fin sus promesas. La más absoluta de todas es la felicidad.

Para terminar entiendo de todo esto que la bienaventuranza, ese estado de equilibrio y satisfacción que va desde lo mental y emocional hasta lo físico no depende tanto de lo que tenemos en nosotros mismos, como de lo que sucede con eso que tenemos una vez puesto en manos de Dios, de lo que Dios hace con nosotros si habiéndonos tropezado con él, le aceptamos como Señor, amo, dueño de nuestra vida. El podría tomarla sin pedirnos permiso, de hecho, cuando la perdemos, él se encarga de lo sucederá ulteriormente, pero está esperando, deseando que queramos confiar en él y ofrecérsela voluntariamente.

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martes, mayo 08, 2007

Una mirada compasiva


Tuve un compañero de estudios en la universidad a quien todos llamábamos Panchy. Era un muchacho hiperactivo, muy ocurrente, irreverente y las conversaciones con él casi siempre rayaban en lo grosero (cuando menos). Lás más de las veces se comportaba con muy poca madurez. Ciertamente no gozaba de mi aprecio por aquellos tiempos y en general lo evitaba.

Casi a punto de graduarnos nos impactó a todos esta noticia: Panchy estaba ingresado en el Oncológico, con un cáncer de piel bien agresivo que hacía que su cuerpo se llenara de bolas (tumores). A pesar de que había sido operado en dos ocasiones, no respondía a los tratamientos y su estado de salud fue empeorando progresivamente. La última vez que lo vi fue en la graduación. Llegó en una silla de ruedas, con un balón de oxígeno que tenía que usar para ayudar a su ya debilitado sistema respiratorio. Recuerdo que al salir nos encontramos y me tendió la mano y me felicitó. Yo traté de consolarlo como pude. Apenas una semana después moriría.

Nunca podré olvidar su mirada esa noche. Era la mirada de alguien sin esperanza, de quien mira a la vida con profunda reverencia, de quien puede apreciar, ya a punto de perderlo, el increíble don de estar vivo. Me miraba con admiración, como si yo fuera lo que le hubiera gustado ser de haber tenido una nueva oportunidad. Me sentí realmente mal y el recuerdo de este breve encuentro hace que siempre que piense en mi graduación lo primero que me venga a la mente es su figura en silla de ruedas, conversando conmigo en un pasillo del Karl Marx.

Luego me enteré por uno de sus amigos que su madre y su hermano habían perdido la vida muy jóvenes, también de algún cáncer agresivo. Ahora creo que su personalidad estaba profundamente marcada por esa espada de Damocles que pendía, invisible, sobre su vida. ¿Cómo fue que nunca vi esto? Ahora creo que debí conocerlo mejor, hablarle más, darle oportunidades que nunca le di. Simplemente lo observé externamente y me aparté. Callada, prejuiciosa e inadvertidamente lo juzqué y lo condené.

¡Qué bueno que Dios no es así! Él contínuamente está viendo oportunidades en el camino, puertas abiertas por donde entrar, gente clamando en lo más íntimo por provisión espiritual. Si tan solo viéramos como Él...

Ustedes dicen: ‘Todavía faltan cuatro meses para la cosecha’; pero yo les digo que se fijen en los sembrados, pues ya están maduros para la cosecha. Juan 4.35, VP.
¿Qué vemos? ¿En qué está puesta nuestra mirada? Dios nos llama a mirar con ojos espirituales, con ojos compasivos, llenos de amor. No nos llama a fijarnos en quién es el que tenemos delante, sino en lo que puede llegar a ser.
Un día, viendo a la gente del país muy ocupada en arrancar ortigas, miró aquel montón de plantas desarraigadas y ya secas, y dijo:

—Están muertas. Sin embargo, serían buenas si se supieran utilizar. Cuando la ortiga es nueva, su hoja es una excelente legumbre; cuando envejece, tiene filamentos y fibras como el cáñamo y el lino. La tela de ortiga sería tan buena como la tela de cáñamo. Picada, la ortiga es buena para las aves; molida, es buena para los animales de cuernos. La semilla de la ortiga, mezclada con el forraje, da lustre al pelo de los animales: su raíz, mezclada con sal, produce un hermoso color amarillo. Por lo demás, es un excelente heno que se puede segar dos veces. ¿Y qué necesita la ortiga? Poca tierra, ningún cuidado, ni cultivo alguno. Únicamente la semilla se cae, conforme va madurando, y es difícil de recoger, pero no más. Con poco trabajo, la ortiga sería útil; se la desprecia, y es dañina. Entonces se la mata. ¡Cuántos hombres se asemejan a la ortiga! —Tras un silencio añadió—: Amigos míos, recordad esto: no hay malas hierbas, ni malos hombres. No hay más que malos cultivadores.
¡Qué inspirador este pasaje de Los Miserables, de Victor Hugo! Es un libro fascinante. Te reto a que lo leas y adquieras de Dios un corazón compasivo de la mano de Monseñor Bienvenu, Jean Valjean, Cosette y Fantine.

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jueves, abril 26, 2007

Conservadores vs fundamentalistas

Es práctica común entre los cristianos liberales acusar de fundamentalistas a los que no comulgan con su forma de entender y practicar el cristianismo. Al menos eso parece, si me guío por lo que dicen mis amigos liberales. No voy a detenerme ahora en polemizar con el liberalismo cristiano (no descarto que lo haga en un futuro), sino que voy a aclarar un poco el concepto y en todo caso "casarme" con algún ismo más a mi gusto.

Ya antes les había dicho (a mis amigos liberales): "Si a no creer en lo que creen ustedes y a llevar una vida de santidad se le llama fundamentalismo, entonces AMÉN, yo soy fundamentalista". Pero viene en mi ayuda Pablo Richard, un conocido teólogo de la Teología de la Liberación, con estos párrafos de su libro Fuerza ética y espiritual de la Teología de la Liberación en el contexto actual de la globalización (Editorial Caminos, La Habana, 2004, p.114):

(...) El fundamentalismo reciente nace como rechazo de la modernidad, de la cientificidad, del estudio histórico-crítico de los textos sagrados. Se absolutiza el sentido literal de los textos, rechazando una lectura hermenéutica y científica de ellos. Se rechaza, además, toda adaptación del texto a la cultura moderna. El fundamentalismo muestra una enorme pobreza teológica y
espiritual.

El fundamentalismo no distingue entre religión y política y es utilizado normalmente con fines políticos. Los textos sagrados, fuera de todo contexto histórico, son utilizados como pretexto para atacar y destruir a todos los "enemigos" contrarios a los textos sagrados del fundamentalismo. El fundamentalismo utiliza los textos bíblicos como arma política, incluso militar. Si el fundamentalismo en sí es irracional, su instrumentalización política sí tiene una
racionalidad. (...) No hay que confundir el fundamentalista con el conservador. El primero es irracional, el segundo es racional, utiliza argumentos teológicos y espirituales. Ambos, eso sí, se oponen a la modernidad y al humanismo.

Ah, vale aclarar que muy raramente se ha llamado "conservador" a algún teólogo de la liberación: la gran mayoría de ellos son bien liberales.

Entonces, la moraleja del cuento: no soy fundamentalista, sino, en todo caso, conservador.

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Linney y yo somos novios


Amigos, quiero compartir con ustedes algo muy especial: le he pedido a una hermana de mi iglesia que sea mi novia y ella ha aceptado. Estoy feliz como una lombriz ;-)

Su nombre es Linney y es una hermana muy muy especial. Me fascina su forma de relacionarse con Dios y con los demás. Es intensa, expresiva y profunda. Sale a pelear por un hermano o hermana sin temor a ser herida y sin amedrentarse por lo que puedan pensar de ella. Tiene un corazón de oro. Sí, ya sé, la recomendación viene muy de cerca. Qué le voy a hacer.

Para que completen su ficha: tiene 28 años, estudió francés y actualmente trabaja dando clases en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de la Habana. Es nativa de Pinar del Río y lleva casi 10 años viviendo en La Habana.

Todo ocurrió en Pinar del Río. Habíamos ido desde el viernes un grupo de tres hermanos a su casa. El sábado por la noche, en un parque de Pinar lleno de gente, conversamos lo que teníamos que conversar y nos hicimos novios. Los amantes de la acción, que se vayan a ver la película del sábado, porque allí no pasó nada más. Le dijimos a su familia de lo nuestro (fue grande la alegría) y temprano en la mañana del domingo regresamos para La Habana. Yo tuve que venir en una guagua antes (cosas de ASTRO), pero fue mejor así porque pude recibirla en la terminal como Dios manda, con un ramo de flores. De ahí seguimos para nuestra reunión dominical y se anunció el noviazgo a la iglesia. Aquí termina mi crónica social.

Hoy es viernes. Llevamos juntos trece días y todavía me parece como un sueño. A diario doy gracias a Dios por traerla a mi lado y pongo a sus pies nuestro noviazgo para que añada más y más a su gloria. Qué les voy a decir: estoy enamorado.

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sábado, marzo 10, 2007

Citas de los grandes sobre Dios

¿Dios existe? Muchos dicen que creer en la existencia de Dios es ser ignorantes. Estos hombres que creyeron... ¿lo fueron?


"Dios no es falso, es falso quien niega su existencia". José Martí
"Siento lástima de los hombres que niegan la existencia de Dios, porque no han visto las bellezas de la naturaleza." José Antonio Echeverría
"Quien no siente amor por Dios, no puede sentir amor completo por su patria." Ignacio Agramonte

"Los hombres no han hecho a Dios; Dios es quien ha hecho al hombre." P. Félix Varela

"Gran Dios, cuántos milagros haces en no hacer." José de la Luz y Caballero
"Creo en Dios porque lo he visto en mi corazón." Carlos J. Finlay
"Mientras más estudio la materia más creo en la existencia de Dios."
Albert Einstein
"La música viene de Dios y hacia Dios va mi música." F. Chopin
"El ignorante y el necio es aquel que no quiere saber de la existencia de Dios, y la hace multiplicar." Miguel de Cervantes
"La existencia de Dios es más cierta que todos los teoremas de la geometría." René Descartes
"Si no es cierta la existencia de Dios... ¿por qué tantos se preocupan en ella? Esto demuestra que es cierta." Salvador Dalí
"Comprendo que puede ser ateo el hombre que mira solamente la tierra, pero no entiendo cómo se puede mirar al cielo y negar la existencia de Dios." Leonardo da Vinci
"Se necesita ser muy ignorante para no reconocer la existencia de Dios; se le adora y no hace falta defenderlo... La naturaleza se encarga de hacerlo." José Martí
"El hombre tiene que tener su creencia propia, lo que se siente en el corazón y no sentir vergüenza de ello." Tagore
"Para borrar nuestras faltas a los ojos de los hombres son precisos torrentes de sangre... pero ante Dios basta solo una lágrima."
Chateaubriand
"Le digo a la humanidad atea que mire los rayos del sol, el canto de los pájaros, el sonido del mar, la lluvia caer y toda la naturaleza y descubra que existe Dios y todas sus obras." Roberto Carlos

Estos hombres y muchos otros, en épocas diferentes pensaron así. ¿Podemos decir que ellos fueron ignorantes?

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sábado, febrero 24, 2007

Creencias de los científicos en Dios

Un estudio destruye la noción de que la ciencia es incompatible con la religión.

Cerca de dos terceras partes de los científicos creen en Dios, según una encuesta que reveló notables diferencias en base al tipo de investigaciones que realizan.

El estudio, junto con otro que salió a la luz en junio, parece poner en evidencia la noción sostenida por muchos de que la ciencia es incompatible con la religión.

Aquellos que pertenecen a las ciencias sociales son más dados a creer en Dios y a asistir a los servicios religiosos que los investigadores en las ciencias naturales, encontró el estudio.

Realmente se esperaba lo contrario.

Cerca de un 38% de los científicos naturales -- personas en disciplinas como física, química y biología -- afirman no creer enDios. Solo el 31% de los científicos sociales no creen.

En el nuevo estudio, la socióloga Elaine Howard Ecklund de la Rice University entrevistó a 1,646 miembros de facultades de universidades de élite en la investigación quienes respondieron a 36 preguntas acerca de sus creencias y prácticas espirituales.

"Basados en investigaciones previas, pensábamos que los científicos sociales serían menos propensos a practicar la religión que los científicos naturales, pero nuestros datos muestran precisamente lo contrario", dijo Ecklund.

Algunas estadísticas relevantes: 41% de los biólogos no creen, mientras que esa cifra fue de sólo 27% en aquellos dedicados a las ramas políticas.

En un estudio independiente de la Universidad de Chicago, revelado en junio, el 76% de los doctores dijeron que creían en Dios y el 59% dijo que creía en alguna forma de vida después de la muerte.

"Ahora tenemos que examinar la naturaleza de estas diferencias", dijo Ecklund hoy. "Muchos científicos consideran que tienen una espiritualidad no asociada a ninguna tradición religiosa en particular. Algunos científicos que no creen en Dios se consideran como personas muy espirituales. Ven algo fuera de sí mismos que usan para comprender el significado de la vida".

Ecklund y sus colegas están realizando ahora entrevistas más extensas con algunos de los participantes para echar más luz sobre el asunto.



Tomado de MSNBC (http://www.msnbc.msn.com/id/8916982/) © 2006 LiveScience.com

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No te salves

Este es un poema de Mario Benedetti. Seguramente lo último que tenía en mente cuando lo escribió era a Dios, pero a mí me apasiona pensar que es Dios mismo quien nos lo dirige a cada uno de nosotros, anímandonos a amarlo intensamente.

NO TE SALVES
Mario Benedetti

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino

y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.



Hay un par de versículos bíblicos que se me antojan muy a tono con el poema:

El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará. Mt. 10:39 (VP)

Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Ap. 3:16 (VP)

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martes, febrero 20, 2007

Proverbios en la Biblia sobre la lengua

El libro de Proverbios está lleno de enseñanzas acerca de cómo debemos comportarnos con respecto a nuestro hablar (la lengua). Aquí pueden leer algunos de ellos.

El que mucho habla, mucho yerra; callar a tiempo es de sabios. Prov. 10:19 (VP).

El imprudente habla mal de su amigo; el prudente guarda silencio. Prov. 11:12 (VP).

Cada uno recoge el fruto de lo que dice y recibe el pago de lo que hace. Prov. 12:14 (VP).

Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio. Prov. 12:18 (VP).

Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. Prov. 13:3 (VP).

De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria. Prov. 14:23 (VP).

La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más. Prov. 15:1 (VP).

La lengua amable es un árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. Prov. 15:4 (VP).

¡Qué grato es hallar la respuesta apropiada, y aún más cuando es oportuna!. Prov. 15:23 (VP).

El hombre justo piensa lo que ha de responder, pero el malvado lanza maldad por la boca. Prov. 15:28 (VP).

Al que piensa sabiamente, se le llama inteligente; las palabras amables convencen mejor. Prov. 16:21 (VP).

El que piensa sabiamente, se sabe expresar, y sus palabras convencen mejor. Prov. 16:23 (VP).

Es de sabios hablar pocos, y de inteligentes mantener la calma. Prov. 17:27 (VP).

Hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio. Prov. 17:28 (VP).

Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras. Prov. 18:20 (VP).

La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias. Prov. 18:21 (VP).

El que tiene cuidado de lo que dice nunca se mete en aprietos. Prov. 21:23 (VP).

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lunes, febrero 19, 2007

¿Cómo evitar ser malpensado?

¿Cómo evitar los malos pensamientos, esos que nos hacen desconfiar sin motivo, sin causa aparente? ¿Qué nos enseña la Biblia al respecto? Espero que este pequeño estudio les sirva tanto como a mí.

I. Desarrollando la convicción de que es un pecado.
La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mt. 6:22-23 (RVR95).
  • ¿Cómo miramos? ¿Qué vemos a primera vista?
  • Debemos ser bondadosos y confiados por naturaleza. Esto es especialmente cierto en el trato con los hermanos.
  • Los malos pensamientos infundados nos corroen y nos llevan a la oscuridad.
Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corrompidos e incrédulos nada es puro, pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Tit. 1:15 (RVR95).
  • Nuestros pensamientos reflejan nuestro estado espiritual.
II. Enseñanzas auxiliares.
(...) llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Cor. 10:5 (RVR95).
  • Podemos y debemos ejercer control sobre nuestros pensamientos.
  • Todo pensamiento hay que exponerlo a la luz de Cristo, a su palabra y sus enseñanzas.
Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo de que es de Cristo, esto también piense por sí mismo: que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. 2 Cor. 10:7 (RVR95).
  • No debemos atarnos a las primeras impresiones.
  • Debemos ser humildes y no desconfiar de nuestros hermanos, pues así como nosotros somos de Cristo, ellos también lo son.
III. Venciendo.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Fil. 4:8 (RVR95).
  • No dejar en nuestra mente lugar para el maligno.
  • Ocupar nuestro pensamiento en cosas espirituales.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Rom. 12:21 (RVR95).
  • El antídoto para el mal es el bien. Si nos acercamos a Dios el diablo se alejará de nosotros.

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